El arquitecto municipal conversó con el artista sobre los métodos tradicionales de pesca en la zona. Así surgió la idea de “El Copo”. El artista materializó el copo -conjunto de redes en forma de bolsa- en una estructura entramada en forma de hierros y piedras -frontera entre la libertad y la captura- entremezclando el brillo de galenas que recuerdan los plateados de las especies marinas.Se completó el conjunto con una base de apoyo de textura arenosa que, con sus sinuosas formas, emergía del pueblo de la propia plaza. El Copo ha sabido captar la esencia de un mar generoso y cruel que escupe a través de un terroso cráter, como si de un parto se tratara, el fruto de sus entrañas, para inmolarlo hacia el espacio sublime.